El vaso es de plástico, recto y alargado. Tiene una textura pavonada y yo no dejo de contemplarlo unos instantes. Siempre que mi mamá me trae a este lugar es lo primero que pido; el contenido es el maravilloso elixir de mi felicidad, milkshake de lúcuma del Tip Top.
Meto la cañita y empiezo a beber mientras observo el rostro de mi madre quien sin soltar el volante del auto y con una gran sonrisa cómplice, me deja saber que comparte mi felicidad.
Hoy después de 30 años de este genial recuerdo, la miro y, sin soltar el volante, sonrío y me vuelvo su cómplice.
Con el paso del tiempo no sólo el sabor no ha cambiado... Tampoco cambió la magia. Gracias!
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